En mi práctica laboral tuve que estructurar un sistema de
monitoreo de las noticias que sobre mi país aparecían en toda la red de
Internet, abarcando lo publicado en ocho idiomas básicos y así integrar un
informe ejecutivo que pudiera dar una idea a la alta dirigencia gubernamental
de la imagen del país ante el mundo. Eso lo realice básicamente en los tres
últimos años del siglo XX y el primero del XXI. Ya la red estaba repleta de
información y había que clasificarla y destacar lo relevante para que en
diversas “cuotas” de tiempo un funcionario pudiera tener una panóramica
general. Había una versión que tomaba hora y media de lectura, otra de una
hora, otra de media hora y una de diez minutos. Se enviaban a unos cuarenta
funcionarios de diversos niveles y así, un trabajo de rastreo de 16 horas
diarias realizadas por tres investigadores se convertía de volúmenes de 600
cuartillas promedio, en informes de entre 2 y 10 cuartillas, así como archivos
de audio para ser oídos durante traslados de los funcionarios.
Hubo días que se tuvieron que revisar casi 1100 sitios webs,
que abarcaban todos los diarios en línea y las notas de agencias de prensa
internacionales, publicaciones de líderes de opinión etc., todo lo que se
llamaba “fuentes abiertas”.
En diez años la Internet ha crecido casi cien veces más. Me
imagino que ahora para realizar esa labor, no sé si alguien la realice para el
actual gobierno de México, y si no lo hacen, muy mal; debe implicar revisar
unos 14 mil sitios webs para ser más o menos confiable el monitoreo.
El caso es que algo de costumbre me quedó de esa labor y
reviso decenas de sitios webs de ajedrez al día, “bajando” más o menos tres
gigas diarios de libros en PDF, programas, videos, notas, etc; y leeré el
equivalente a unas cincuenta cuartillas diarias y revisaré unas 12 partidas por
lo menos, además de lo que analizo para mis clases y lo que hago para hacer
artículos. Claro que ya con experiencia y hábito se realizan esas tareas en
mucho menor tiempo de lo que uno se imagina.
Pero mucho material se queda “en el tintero” y he pensado
que había que sacar en castellano una especie de selección de información, como
la que hace la revista “Selecciones del Reader´s Digest”, pero dedicada al
ajedrez y concretando limitarse a fuentes de idioma ruso, pues las muchas
abundantes en inglés pueden ser más accesibles a los jugadores de habla hispana
que son a los que me quiero enfocar.
Si desean apoyar la idea y suscribirse, les envío un número
de prueba y la información de costos y envíos.
Por otro lado es preocupante lo que sucede en esta época en
que la información más que nunca es poder, quieren los grandes poderes evitar
que la información fluya y que las personas se expresen, pero ya no se puede.
Podrán detener al excampeón mundial Kasparov y tratarlo como si fuera un loco,
podrán invadir una embajada contra todo el derecho internacional. Mientras más
ilegalmente se atrevan a actuar, será testimonio de la magnitud de la maldad
que desean ocultar.
Como escribió Julio Hernández López en el diario “ La
Jornada”:
“La lucha en favor de Julian Assange y de la libertad de
expresión y por el respeto a la soberanía de Ecuador también es nuestra. Es una
lucha global en medio de un retroceso descarnado, obsceno”