Un sobrino de Boris Weinstein, el
que debía ser considerado coautor del libro de Zurich de 1953, me escribe de su
tío, al que mencioné como jerarca de la KGB, de que en Rusia a Weinstein no solo
se le recuerda por sus artículos, sino porque tuvo el mérito de apoyar a que
los maestros titulados de ajedrez se les alejase de los lugares mas peligrosos
durante la segunda guerra mundial, como era la política soviética con
científicos y grandes artistas.
Gracias a Boris Weinstein, más
del 70% de los maestros de ajedrez sobrevivieron, en una lucha en que
sucumbieron más de 20 millones de soviéticos, sobre todo de poblaciones como
Moscú y Leningrado, donde residía la mayoría de titulados ajedrecistas.
Weinstein supo colaborar en la
preservación de un patrimonio cultural de la Unión Soviética: sus maestros de
ajedrez.