El ajedrez blitz ha llegado para
quedarse por las muchas ventajas promocionales que tiene y porque los “viene,
viene del ajedrez” no tienen otro instrumento para atraer clientes a sus
eventos.
Los “viene, viene” del ajedrez es
un personal ya indispensable, pues a falta de personal capacitado hay que
aprovechar la situación coyuntural de que las escuelas públicas y privadas
tienen que tener actividades y clases de ajedrez.
Como la idea es que conozcan
todos los escolares de ajedrez se requieren cientos de instructores y la verdad
es que no se requiere mucho para acercar el ajedrez a los escolares. Se
necesitan muy pocos conocimientos. Prácticamente cualquier persona, por muy
inculta o poco dotada que sea, pero con entusiasmo, puede ayudar a que los
niños conozcan el ajedrez. Ya después, si el niño realmente ve con agrado el
ajedrez, y desea realmente aprender seriamente el ajedrez, puede ser canalizado
a otro nivel de instructores que si tengan capacitación adecuada, de los que en
México deben haber al menos una treintena.
Entonces no importa que haya unos
cientos instructores básicos, lo mismo organizadores básicos; sino por el
contrario, pueden ser factor valioso para que el ajedrez se posicione realmente
en el sector educativo.
Por eso los “viene, viene” del
ajedrez son necesarios y ya dependerá de su auto respeto pasar de “viene, viene”
a monitores o instructores serios de ajedrez. Y siempre habrá cientos de “viene,
viene” nuevos, y forzosamente uno de cada cien será un instructor preparado.
Lo mismo pasó en la historia del
ajedrez en Rusia, Armenia y otros muchos países, donde incluso los “viene,
viene” no solo han pasado a ser instructores, sino muchísimos pasaron a ser
directores de torneos y presidentes de federación.
El que fuese Presidente de la
FIDE, Florencio Campomanes decía que la gran mayoría de los presidentes de
federación eran ajedrecistas que amaban el ajedrez, pero que al no poder
comprender como jugar con aceptable destreza, canalizaban su amor a organizar
torneos, clubes y asociaciones, y que aunque un gran porcentaje eran corruptos,
los limpios eran las columnas en que se sostenía en el ajedrez “Aman el ajedrez
aunque no sepán que es”, eran, “viene, viene” del ajedrez. Campomanes tenía una
denominación muy filipina de esas personas, pero que describe a los que jalan
carritos a pie, o los que señalan y cuidan carros a estacionarse: “viene, viene”,
No debe considerarse peyorativa
la denominación, pues para el ajedrez actual son una necesidad, una realidad y
pueden convertirse en personal del máximo valor.
El caso es que los “viene, viene”
del ajedrez, usan el blitz como arma
promocional. Además de que ante las organizaciones gubernamentales encontraron
una manera de que las autoridades asignen más recursos con la idea copiada del
atletismo. Cuando un deporte produce muchas versiones de competencias, hay más
medallas y a más medallas más oportunidades de apoyo. Hay estados de México que
sus únicas medallas en las Olimpíadas Nacionales son las de un blitz de
ajedrez. Es decir, a pesar de que hay decenas de deportes y cada uno como
promedio tienen unas 30 medallas a disputa, con esos sub 8 hasta sub quien sabe
que, hay estados que solo tienen una o dos de blitz de ajedrez, lo que hace que
sus institutos del deporte apoyen con algunos centavos a la asociación de
ajedrez. Con el ajedrez blitz y el ajedrez rápido que algún trasnochado
dirigente del deporte que en su limitación mental se tragó eso de que hay
varios tipos de ajedrez; igual que hicieron unos transas en tiempos de que
aceptaron que el atletismo tiene cien versiones y da ahora una tonga de
medallas, el ajedrez triplicó su poder en medallas, y eso permite que los “viene,
viene” tengan más apoyo, con un gran beneficio para los verdaderos promotores
del ajedrez serio. No hay mal que por bien no venga y hay estados que si no
fuera por sus viene, viene del ajedrez no tendrían nada de ajedrez. Por eso no
puede hacerse nada si no considerarlos valiosos, además son mayoría por mucho
en el ajedrez organizado y controlan todo.
El blitz es realmente nocivo como
muchos se han cansado de demostrar, pero es necesario e indispensable. No solo
porque sin el blitz se les quitaría la escalera que sostiene a muchos viene,
viene; sino porque incluso para los jugadores más serios es herramienta
indispensable.
Campeones mundiales como Lasker,
Botvinnik, Fischer, Kasparov, Karpov y Carlsen, desdeñan el blitz, pero han
tenido que jugarlo muy frecuentemente, aunque sea dañino, porque deja mucho
dinero y porque ayuda a poner el ajedrez en los medios informativos. Atrae
niños y a todo tipo de villamelones. Casi todos los viene, viene, y una gran mayoría
de jugadores serios llegaron al ajedrez tras ver un evento de blitz.
Muchos dirigentes del deporte que
he conocido, directores de CONADE, COM, CODEME; me hacen preguntas respecto al
ajedrez y la más frecuente es como le hace uno para pensar jugadas de ajedrez
tan rápido y que se pueda jugar ajedrez en tres minutos. Por supuesto que la
respuesta debiera ser, si uno dijera la verdad: “No piensa uno, nada más
reacciona”, pero generalmente contesto: “El ajedrez entrena a la mente a tal
grado que hace que podamos razonar a una velocidad muy superior al de la
mayoría de las personas”. Entonces, con esa mentirijilla, se promueve interés por
practicar ajedrez. Hay más viene, viene,
y a la larga tendremos más personas valiosas alrededor del ajedrez.
El caso es que muchas personas me
piden cursos para mejorar en blitz, por supuesto que mi tarea es aprovechar ese
interés por el ajedrez blitz, para además de hacerlos mejorar en blitz, irles
introduciendo en la manera adecuada de razonar en ajedrez, además de ganar unos
centavos sin engañar, como un viene, viene, sino brindando una manera de jugar
blitz con moderación y recetar algunas medidas compensatorias para sacar más
beneficios del blitz y disminuir sus daños.
Para remediar daños tenemos que
estar conscientes de cuales son los daños. Un gran instructor, que no
entrenador, de ajedrez, es Bruce Pandolfini que hizo una lista de los diez
daños mejor probados que causa el blitz, y yo he añadido dos de esos daños que
apuntan los entrenadores en Rusia y Ucrania. A cada uno hay que oponerle un
remedio o un paliativo, para poder seguir jugando blitz sin que nos dañe.
Veamos:
1. Pone
demasiado énfasis en el tiempo
2. Infunde la
superficialidad.
3. Habitúa a
tomar riesgos con bases poco sólidas
4. Refuerza
malos hábitos
5. Acostumbra
a descuidar la estrategia
6. Puede
conducir a problemas físicos
7. Su
práctica puede ser molesta e incomoda a
los demás
8. Es
adictivo
9. Invita al
mal comportamiento deportivo y al llamado unfair play
10. Disgusta
y es desdeñado por los jugadores fuertes
11. Acostumbra
a no pensar y a jugar por memoria.
12. Hace
preferir el triunfo aleatorio y fácil en lugar del trabajado y laborioso,
debilitando en general el carácter y la fuerza de voluntad.
En mi curso
de blitz trató de trabajar contra cada uno de esos “daños”.