La práctica con
dificultad ascendente bien cuidada es parte de las formulas tanto de Carlsen
como Karjakin. En su libro sobre Carlsen, Agdestein apunta: “El ajedrez es un
poco como el boxeo. Uno debe evitar obtener demasiado una paliza. Recuerdo que
el gran maestro holandés John van der Wiel me habló de esta teoría. Aquellos
que se vuelven verdaderamente buenos tienden a tener una curva recta y
ascendente. Conceptos como la adversidad y el estancamiento no existen en las
mentes. De esta manera se acumulan una enorme confianza en sí mismos. Que a su
vez genera buenos resultados y por lo tanto uno tiene un círculo positivo en
pleno apogeo. Donde la autoestima y la calificación se elevan una vez más. Si,
por otro lado. Uno obtiene algunos golpes duros, es más fácil llegar a ser
inseguro y estancarse”.
Botvinnik tenía una opinión
muy definida sobre “el fogueo” en los jóvenes y sobre si era mejor basarse en
los “subs” o en clasificación por categorías, o incluso por ratings.
El sistema soviético
de enseñanza y entrenamiento de ajedrez de 1925 a 1970 obviamente no usaba el
rating o el Elo, pues el Dr. Arpad Elo, no lograba que se aceptase su sistema
fuera de los Estados Unidos, donde era herramienta preferida para organizar el
sistema suizo. El poner categorías en base al rating no había convencido a los
soviéticos que lo consideraban, por lo menos, una trampa comercial y no eran
muy afectos al sistema suizo tampoco.
Los torneos en la
Unión Soviética prácticamente todos eran por sistema Round Robin, como en toda
Europa y la parte este de los Estados Unidos. Cada jugador se enfrentaba con
cada uno de los participantes en los torneos. Había torneos por categorías, y
cuando uno ganaba un torneo de una categoría pasaba a la siguiente. Era un
escalón forzoso y no podía haber un jugador que se mantuviese en la misma
categoría tras vencer en un torneo. En el sistema suizo un jugador puede ganar
decenas de torneos de segunda, y si en cada uno de esos sube de rating, pues
los alterna con malos resultados, y así no sube lo suficiente para que lo suban
de categoría. Gana dinero fácilmente a costa de perder futuro como jugador. Se
conforma con ser de segunda. En el sistema soviético se podían mantener muchos
años en una misma categoría pero si nunca ganaba un torneo. Se estimulaba a que
se esforzasen por subir y la situación social ajedrecística era muy diferente
para los que tenían categorías altas.
En el caso de los jóvenes
escolares jugaban por su escuela y en su grado, eso de los subs 10 y subs etc,
no existía, y cuando un muchacho de menos de diez años destacaba, lo hacia
principalmente en torneos de su categoría de fuerza, no etaria. Asi Karpov,
Spassky y Kasparov que destacaron a temprana edad, desde los 10 años competían
principalmente con adultos o jóvenes que eran de su categoría, al principio la
tercera, luego la segunda, luego la primera y luego la de Candidatos a Maestro
y finalmente de Maestros.
El fogueo era
enteramente en su país, y muchos muy jóvenes que a los 13 o 14 años ya tenían nivel
de Maestro Internacional no habían viajado al extranjero pero se habían fogueado
en torneos round robin compitiendo incluso con Grandes Maestros
Internacionales.
En lo que toca a los
entrenamientos y clases para escolares era como una mezcla, se tomaba en cuenta
la edad y la categoría. Al principio para las clases de cuarta y tercera
categoría se participaba en grupos grandes, y conforme se ascendía eran los
grupos más pequeños, siempre en grupos, las clases particulares no eran
frecuentes en la URSS, aunque en los años setentas Botvinnik comenzó a establecer
sus seminarios, con clases presenciales por temporadas semestrales de dos
semanas y con seguimiento por correo, a través siempre de sus entrenadores
locales. Había otros sistemas, dependiendo de cada ciudad y del nivel y
cantidad de su personal capacitado; no era lo mismo vivir en Moscú o en Alma
Ata, aunque los entrenadores e instructores tenían que cumplir un plan de
clases estricto sobre todo para las categorías de cuarta a primera. Con los
candidatos a Maestro era diferente. Karjakin por ejemplo, vivía en una ciudad
con un centro de primera línea en lo que se refiere al ajedrez y ahí tenía
contacto con lo mejor del mundo, un grupo de instructores y entrenadores que
eran orgullo de la Unión Soviética primero y luego de Ucrania. Inclusive había
un patrocinador privado muy importante cuando desapareció la URSS y no se contaba
con amplio apoyo estatal.
Con Carlsen las cosas
fueron distintas, pero jugaba aquí un papel definitivo la posición social y
económica de la familia y la excelente formación profesional de los padres,
universitarios y de familias con tradición académica. Carlsen contó con
facilidades que poco se dan en la mayoría de las familias de los ajedrecistas
que emprenden una carrera profesional como jugadores.
Karjakin no fue un
talento detectado por una organización, pero cuando sus padres a muy temprana
edad tuvieron contacto con las escuelas de ajedrez, sobre todo con la de
Kramatorsk, fue reclutado inmediatamente y se estructuró un plan muy
profesional de trabajo. Cuando el club de su ciudad se fue un poco a la baja,
ya Karjakin estaba muy asesorado. Finalmente tuvo que dejar Ucrania ya que era
nacido en Crimea y veía en Rusia más apoyo.
Carlsen también contó
con muchas ventajas en su arranque a pesar de no vivir en un país con un
entorno para el ajedrez tan magnífico como el de Ucrania, cuya tradición de
ajedrez es muy superior a la de Noruega por mucho.
Pero ambos contaron
con un fogueo adecuado, pues Noruega tiene cercanía geográfica con centros de
ajedrez escandinavo, además de que hay torneos tradicionales como Gausdal en la
misma Noruega. La familia Carlsen podía financiar los viajes de Magnus a muchos
torneos del norte de Europa y pagar los entrenadores, así que se equilibraban
las ventajas de Karjakin a quien apoyaban las organizaciones estatales de
Ucrania
Si no se tiene
fortuna familiar, o una organización que pueda dar respaldo, es muy poco
probable que se den los Karjakin y los Carlsens, aunque siempre hay
posibilidades en las situaciones con menos recursos. Hay muchas pruebas de
ello.